Breve biografía que te interese destacar:
Soy un hombre de letras al que la asignatura de Matemáticas posibilitó estudiar la carrera de Ciencias Económicas y Empresariales. El primer gran error de mi vida, al que han seguido otros intercalados con aciertos. Todo ese cúmulo de decisiones me han traído donde estoy. No me quejo.
¿Cómo definirías en un máximo de cinco líneas de qué trata tu libro y por qué deberían comprar esta obra los lectores?
Desesperanza es un híbrido entre la novela negra y la policíaca, que busca atrapar al lector desde las primeras líneas. Es el segundo caso de Leire Sandoval, protagonista de El peso de la ira y creo que gustará a todos los que disfrutaron de esa primera entrega. Continúo hablando de las bajezas del ser humano, de la venganza, de la maldad. El lector encontrará corrupción institucional, política, a varios psicópatas y tendrá que competir para encontrar al asesino, por supuesto.
¿Cuál es el principal objetivo que te planteaste con la escritura de este libro?
Yo no escribo solo para mí, solo por disfrute personal. Escribo para que me lean; sin lectores que completen el proceso, esta actividad pierde parte de su sentido. Por tanto, ya desde mi segunda novela el objetivo es encontrar lectores, llegar con ella a todos los sitios que pueda. Escribir es gratificante, que los lectores me digan que han disfrutado con la lectura es el regalo definitivo.
¿Qué es para ti ser escritor? ¿Te cuesta utilizar esa palabra para definirte?
Esta pregunta daría para una tesis doctoral. Para mí, y sé que muchos criticarán esta opinión por simplista; escritor es, en una primera aproximación, todo aquel que escribe, que un día decide aferrarse a una pluma o encender el ordenador para expresar lo que se le pasa por la imaginación en forma de microrrelatos, cuentos, novela, poesía, teatro…
No me cuesta utilizar esa palabra, que para muchos es digna de veneración, como si fuera casi una actividad divina. Otra cosa es que, como en todas las actividades, haya buenos y malos escritores, gentes con mayor o menor vocación y verdaderos genios de la literatura con mayúsculas. Pero, insisto, no creo que solo pueda llamarse así a aquellos que han conseguido un nivel de excelencia en el uso del lenguaje o para quienes es su actividad profesional principal. ¿O no es escritor, acaso, todo aquel que, a pesar de una escasa formación y limitado talento, no ceja en su empeño de completar una página tras otra a lo largo de los años? Eso sí, como acabo de apuntar, una condición que sí considero necesaria para considerar a alguien escritor es la constancia, la persistencia a lo largo del tiempo. Una persona que lleve veinte años aferrado a esa pluma o sin apagar el ordenador, puede ser un mal escritor, pero escritor al fin y al cabo.
¿Qué ha sido lo más bonito y lo más difícil de todo el proceso de publicación de tu libro?
Lo más bonito, como siempre, es el momento en que tuve el primer ejemplar en mis manos. Es la culminación de todo el proceso, de varios años de trabajo.
No he percibido dificultad alguna. Estoy muy satisfecho de la manera en que el equipo de Rubric me ha asesorado en todo momento y hasta el último detalle de la edición. Participar en cada fase tomando decisiones ha sido incluso divertido.
¿Les aconsejarías a otros escritores que se embarcaran en la aventura de la autopublicación?
Por supuesto. Lo acabo de decir, yo he disfrutado de todo el proceso. Además, si alguien no se resigna a guardar en el cajón el resultado de varios años de trabajo y desea apostar por su obra y que sea leída, la autopublicación es un canal idóneo. Eso sí, por respeto a uno mismo y al lector por encima de todo, hay que hacerlo bien, hay que superar los filtros de calidad que se pasarían con una editorial tradicional, no lanzarse a una imprenta a lo loco con un texto lleno de faltas y sin depurar. Empresas de servicios editoriales son buenos compañeros de viaje para que el resultado final sea óptimo. Si a todo esto le añadimos que grandes escritores como Dostoievsky, Borges, Valle-Inclán o el propio Stevenson tuvieron que autopublicar o autoeditar sus primeras obras, a mí, al menos, no me queda ninguna duda.
¿Cuál ha sido tu experiencia con Rubric?
Muy positiva. Comparto los criterios y los principios de Rubric. Soy economista y por deformación profesional mi mirada no solo es como escritor. Si yo constituyera una editorial de autopublicación, sería casi idéntica a Rubric.
¿Qué sentiste cuando tuviste el libro entre tus manos?
Con mis tres novelas me he emocionado al tener el ferro en mis manos. Aun así, dicha emoción cada vez dura menos. Enseguida me asalta el miedo a que no guste, la responsabilidad, las ganas de que sea leída, el deseo de llevarla a las librerías y de acudir con ella a ferias…
¿Algún consejo para escritores que están empezando?
Ni soy el más indicado ni soy amigo de dar consejos a nadie. En todo caso, que sean constantes, que escriban todos los días. A escribir, por encima de todo, se aprende escribiendo. Y que no esperen nada más allá del disfrute del camino, el mundo no nos debe nada, nadie nos ha pedido que escribamos. La frustración por el hecho de que Planeta no llame a nuestra puerta con la primera novela es, además de ingenua, destructiva.
Algo que desees añadir…
Nada que no hayáis querido saber.
Últimamente nos gusta cerrar nuestras entrevistas con una pequeña batería de frases que requieren una respuesta muy breve, ¡vamos a ello!
Tu principal fuente de inspiración es… La realidad, la literatura y el cine.
Para llamar a las musas nada como… Como dijo Picasso, cuando llegue la inspiración, que me encuentre trabajando.
Tu lugar preferido para escribir… Cualquier sitio con mucha luz natural.
¿Prefieres el día o la noche?, ¿el silencio o algún sonido de fondo? El día y el silencio.
Libro electrónico o libro en papel? En papel, sin duda.
¿Alguna superstición? Ninguna.
Un sueño como escritor… Que mis historias entretengan, hagan pasar buenos ratos, ayuden a volar.
Tu escritor/a favorito/a… Es una elección imposible.
Un personaje literario que te cautivara especialmente… John Silver el Largo.
La novela que te hizo llorar… Unas cuantas, soy de lágrima fácil.
Por último, nos gustaría conocerte un poquito mejor, ¿te animas a responder a nuestro apartado “muy personal”?
Tu comida favorita es… El arroz con leche.
Serías capaz de insultar si… No está delante el insultado. Descargo adrenalina cuando estoy solo, pero insultar nunca es el camino.
Tu ciudad favorita es… Otra elección imposible.
Lo que te hace más feliz… La felicidad de mi familia.
Lo que más odias de este mundo… Cualquier consecuencia de la maldad humana.
Una manía personal… Comerme las uñas.
De qué te disfrazarías en una fiesta de disfraces?... No iría.
Ahora mismo estás leyendo... Cerezas amargas, de Elena Fernández.
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