Tipos de narrador que puedes elegir para tu libro

En todos los sentidos, tú eres el protagonista de tu libro. Eres el autor de ese maravilloso mundo que existe gracias a ti. La historia que tienes en mente aflorará en el momento de sentarte a plasmarla ante la pantalla o el folio en blanco. Fluirán las palabras desde tu cabeza hasta tus dedos. Independientemente de su género, comenzará a surgir una obra literaria que depende única y exclusivamente de ti. Y para expresarla debes elegir la voz que pondrá las palabras en la mente del lector. ¿Cuál es la más apropiada? Para despejar esta duda, ahora te explicaremos los tipos de narrador que puedes elegir para tu libro.

¿Narración en primera o tercera persona?

Es la cuestión número uno: usar la primera o la tercera persona. Narrar en primera persona da cercanía y aporta un toque de veracidad a todo lo que estás contando. Provoca que tus lectores conecten contigo mientras vas desarrollando los personajes y la historia, que también harán suya.

Si lo haces en tercera persona, dejas todo en manos de una voz externa. Será quien presente a los personajes, su descripción, sus sentimientos y, en definitiva, dará vida a tu historia.

Narrador omnisciente cuasi omnisciente o cámara

Si te decantas por la narración en tercera persona, debes aclarar si optas por un narrador omnisciente o cuasi omnisciente, también conocido como cámara. El primer tipo de narrador lo sabe todo. No solo conoce la trama en su presente, pasado o futuro. También conoce los sentimientos y pensamientos de los demás personajes y las conversaciones que mantuvieron, aunque la figura del narrador no estuviese presente.

Esa sensación de que te cuenta la historia alguien que lo sabe todo le da a la historia una carga más cercana. Parece que los personajes no te están ocultando nada y que así los conoces mejor. No pueden mentir u «ocultarte» algo en el momento en el que el narrador no estaba presente como para poder contártelo.

El narrador cuasi omnisciente o cámara también te muestra todo, excepto los pensamientos de los personajes. Un matiz a tener en cuenta a la hora de elegir la tercera persona más adecuada.

Cuando el narrador es un personaje

Si dejas la narración en manos de un personaje, tendrás un claro ejemplo de lo que es un narrador limitado. Irá contando la sucesión de acontecimientos desde su punto de vista, que será el tuyo. En este caso aportará sus propios sentimientos y contará las conversaciones y los hechos en los que participa, sin entrar en los de los demás personajes. 

Esta situación puede cambiar a largo de la historia, ya que puedes escribir tu libro teniendo a varios personajes narrando. Es resultado es una misma trama que a ratos va contando uno u otro personaje desde su perspectiva y añadiendo sus propios sentimientos. Esto también puede suceder cuando revisas la obra. A veces los libros se reescriben cambiando un personaje narrador por otro, dando como resultado una misma historia contada desde puntos de vista distintos. 

En cualquiera de estos casos, el personaje habla directamente con el lector, conecta con él y sé sincera como si de un amigo se tratase. Se crea una conexión íntima que recae en toda la obra y la hace más cercana.

Narrador testigo

También puede darse el caso de que el narrador sea un personaje que va contando la historia sin hacer alusiones directas al lector. Se limita a relatar sin aportar ningún tipo de sentimiento o punto de vista, salvo, en todo caso, el suyo propio. Que sea una narración más externa no significa que no funcione o que no le guste al lector. Este puede verse igualmente conectado con la obra, aunque el narrador no parezca que se dirija a él.

¿El mejor narrador? El que necesite tu historia

Como has visto, tienes varias posibilidades a la hora de elegir el narrador para esa historia que se ha fraguado en tu mente. La elección dependerá básicamente de la información que necesitas ocultar u ofrecer al lector. Recuerda que un narrador en tercera persona omnisciente lo sabe todo, mientras que uno en primera o testigo, tendrá un conocimiento más limitado. Y también lo tendrá el lector. Pero no olvides dejar fluir la creatividad con el teclado o el bolígrafo. Permite que el relato se cuente solo, independientemente de cuál vaya a ser la voz que hable a tus lectores. Si desde el principio tienes clara cuál va a ser esa voz, adelante. Si no lo habías pensado, esperamos que este post te haya ayudado a decidirte.

Eso sí, te recomendamos que a lo largo de la obra no mezcles la voz de distintos narradores de forma aleatoria o injustificada. Ten esto presente cuando la revises para no crear confusión en la mente del lector. Y, una vez que termines tu libro, no dejes que caiga en el olvido. Piensa en autoeditar. Haz que todos puedan disfrutarlo.

Deja que conozcamos a tu narrador

¿Tienes la historia? ¿Has escogido el narrador? ¿Quieres que tu obra vea la luz? Pues no te lo pienses y da el paso a la autoedición. En Rubric estaremos encantados de ayudarte con servicios editoriales profesionales como el informe de lectura, para que puedas conocer la calidad de tu manuscrito antes de decidirte a publicar. Gracias a él conocerás la idoneidad de tu obra en aspectos como el tipo de narrador, la tensión dramática o el perfil de los personajes, entre otros muchos. Además, analizaremos si tiene potencial comercial. 

Nuestro asesor editorial te irá guiando durante todo el proceso y te explicará las opciones con las que cuentas. Consigue una obra profesional, disponible en los puntos de venta y en las manos de tus lectores, los que estamos deseando leerte. Anímate y contacta con nosotros. Ofrecemos servicios de autoedición desde Vizcaya para escritores independientes de toda España.

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