Decálogo básico para escribir buenos relatos
Los relatos son una forma expresiva que nos permite adentrarnos en la narrativa con historias cortas, un buen entrenamiento para después pasar a la novela, en caso de querer, que no es obligatorio. Muchos escritores se inician con ellos. Y conjuntar un libro de cuentos es un buen inicio para apostar por la autoedición. En Rubric te ofrecemos el siguiente decálogo básico para escribir buenos relatos.
Brevedad, una sola idea mueve la historia
1). Sé breve. Valora la concisión y ajustarte a ideas y hechos principales. Dominar el manejo de ideas simples nos garantiza más adelante la capacidad de interrelacionarlas y controlar las complejas.
2). No te apartes de la idea principal que ha generado tu relato. Esa idea no se debe ramificar ni expandir en exceso, porque entraríamos en estructura de novela. También es un modo de educar la disciplina. El camino del relato es recto y constante, como un único dardo lanzado que debe acertar justo en la diana. Como decía Ernest Hemigway: en la novela se gana por puntos y el relato gana por K.O.
3). Engancha al lector desde la primera línea e intenta que no pueda separarse de la historia hasta el final. Esto lo puedes aplicar a todos tus escritos. Y mucho mejor si generas expectativa y “enmascaras” una pregunta que el lector necesita resolver, porque así no podrá dejar de leer hasta que llegue al final.
Muestra, describe siempre con intención y haz caso a Flaubert y Chejov
4). Usa la descripción con mucho cuidado. Si de verdad eres breve, cada palabra y cada frase se convertirán en imprescindibles. Cuando describes una noche fría, tétrica y lúgubre, es para que el lector se sienta triste y sobrecogido. Cada detalle tiene un motivo, un porqué, nada en un relato debe ser decorativo ni accesorio.
5). No expliques, ¡muéstralo! En lugar de decir: “estaba triste”, pon un pañuelo en manos del personaje, haz temblar sus labios y humedece sus ojos, que la palabra tristeza quede en la mente del lector sin que tú la hayas escrito. Cada objeto es importante y cumple una función dramática: nos dan informaciones sobre personajes y acciones.
6). Flaubert nos lo decía de esta manera: “si metes un loro en una historia, el loro tiene que cantar; si no, quítalo”. Y Chejov lo decía así: “si en una obra de teatro aparece una pistola, el arma debe ser disparada antes de que se baje el telón”. Y por cierto, lee los cuentos breves de Chejov; además de disfrutar con sus planteamientos, aprenderás mucho sobre lo que es concisión y precisión en el desarrollo de historias breves.
Con la primera novela es con la que más se aprende
7). Hemingway: también decía que lo que aparece en el relato es apenas la punta del iceberg de todo lo que has pensado sobre él. Piensa, piensa mucho antes de escribir la primera línea de tu relato. Piensa en una dirección y después en la dirección contraria, y después piensa si hay una tercera dirección, o en una cuarta, hasta que des con aquello que al lector no se le ha podido ocurrir, este es el mejor camino para sorprender.
8). No permitas que tus personajes se salgan de esa la línea principal que has trazado para tu relato. Si te gusta centrar la atención en los personajes, si te gusta pensar mucho en ellos, y en sus vidas y relaciones, pásate a la novela.
9). Lee muchos relatos y a muchos autores. Cuántos más, mejor. Aspira a ser como cada uno de ellos y como todos a la vez; así acabarás siendo tú. ¿Alguna recomendación para empezar?: Chejov, Edgar Allan Poe y Roald Dahl.
10). Y sobre todo, haz caso a Ricardo Piglia: “un relato cuenta siempre dos historias”.
Al final, al lector le ha de sorprender la historia “oculta”, un mensaje, una revelación. El buen cuento trasciende de lo particular y lleva a lo general. Los relatos que mejor se recuerdan son los que nos quedan en la memoria, los que nos dejan un poso, una enseñanza, nos ayudan a descubrir o entender algo o nos emocionan intensamente. Del mismo modo que cuidaste el inicio, por especial atención para darle el mejor cierre, el mejor final.
Y para tu libro relatos… la autoedición es una opción
Conjuntar un libro de cuentos o relatos nos permite la libertad de trabajarlos individualmente y seleccionar aquellos que mantienen una relación por tema o por cualquier otro aspecto. Cuando tengas relatos suficientes, será el momento de que lo puedas publicar, y para ello una buena opción es la autoedición. Para este proceso cuentas con Rubric, contáctanos y te daremos asesoramiento para dar ese paso que todo libro necesita: llegar a los lectores. El relato no es un género menor, todo lo contrario. Y muchos autores han pasado a la posteridad como grandes relatores, sin entrar o sin destacar en el terreno de la novela: Borges, Monterroso, Karen Blixen, Julio Cortázar, Alice Munro, Poe… Con Rubric puedes dar ese primer gran paso, ¿te animas?